Al igual que el resto de las industrias, la de la salud no es ajena a los cambios que han traído consigo la era digital y ha sabido aprovechar las herramientas que la mercadotecnia digital ofrece en pro de su forma de desarrollar su trabajo y en pro del jugador que quizá es el más importante: el paciente.

Por esto, las estrategias de marketing que tienen que idear los profesionales de la salud hoy en día no son similares a las de otras industrias, pues éstos necesitan satisfacer a tres grupos principales de receptores y para cada uno de ellos se debe formular un modo de trabajar distinto: los pacientes que buscan información de medicamentos, productos y servicios médicos; los proveedores de instrumental y aparatos médicos y los profesionales de la medicina que están ávidos de información actualizada y de primera mano que les ayude a realizar su trabajo.

Para este último sector que menciono, la mercadotecnia farmacéutica ha formulado un concepto que ha sido sumamente útil en estos tiempos en los que el veloz avance de la ciencia y la tecnología hace que los conocimientos adquiridos durante una carrera universitaria se vuelvan obsoletos rápidamente. La formación continuada que hoy se aplica va más allá de las antiguas formas que tenían los médicos para actualizarse, pues hoy se han sabido utilizar las múltiples y poderosas herramientas que ofrece el marketing digital para que cualquier profesional de la salud tenga a su mano los avances en investigación y desarrollo que competen a su profesión.

Sin embargo, aunque parezca que el marketing en pro de la salud sea un cúmulo de bondades, conviene poner en claro que el uso irresponsable de las herramientas digitales puede ser contraproducente e incluso dañina si no se hace con la debida responsabilidad. Una realidad es que la sociedad actual ha elegido a Google como su médico de cabecera.

Según un estudio del PEW Research Center de los Estados unidos, el 59 por ciento de los norteamericanos buscó información médica en internet y un 35 % lo hizo para buscar información sobre alguna dolencia o síntoma. Los encuestados un 41% afirmó que luego de leer la información consultada requería atención médica, pero un 38% afirmó que su padecimiento podría resolverse con cuidados caseros o con medicamentos comprados sin receta.

Ante esto, la Organización Mundial de la Salud señala que un diagnóstico por internet no es del todo fatídico, pues éste puede funcionar como orientación con el fin de complementar la consulta con un médico, pero ésta jamás se deberá sustituir con la información que se encuentre en la web. La OMS recomienda que es importante corroborar que la fuente de información en estos casos provenga de alguna institución reconocida y no de foros en los que los usuarios suelen colgar información con escasas bases médicas.

Por esto, conviene saber que las herramientas de información que ofrecen sitios web, aplicaciones, foros y chats son una gran oportunidad que deben aprovechar los profesionistas dedicados a curar y salvar vidas, pues pueden utilizarse para ofrecer un servicio sin precedente que puede beneficiar por igual a pacientes y médicos.